Por: Rodolfo Romero G. -RoRó-.
La situación crítica del Paraguay es preocupante. Y gran parte de los acontecimientos a los que hoy se enfrenta son derivaciones de la masacre montada el 15 de Junio de 2012 en Curuguaty -Marina Cue-, oportunidad en que alevosamente se asesinó a 11 líderes campesinos y 7 policías para justificar el golpe de estado parlamentario express del 22 de Junio de 2012, destituyendo al Presidente Fernando Lugo Méndez, electo democráticamente el 20 de Abril de 2008, que tuvo derivaciones internacionales. El país fue sancionado por el MERCOSUR - UNASUR.

El golpe fue apoyado por los EE.UU., por los sectores ricos y poderosos (sojeros, ganaderos, sector industrial, dueños de los medios de comunicación social, etc.)

El golpe sirvió  para que el Vicepresidente Federico Franco ocupara la presidencia, y convocara a elecciones que fueron realizadas el 21 de Abril del corriente año, resultando ganador el señor Horacio Cartes, del Partido Colorado, uno de los hombres más ricos del país, y con antecedentes no suficientemente claros, ya que tuvo problemas con la justicia por estar supuestamente vinculado con el narcotráfico.

El gobierno de Franco representó una triste historia para el Partido Liberal Radical Auténtico -PLRA-, ya que desvalijó el erario público y dejó el país en las peores condiciones.

Un estudio reciente del PNUD (Naciones Unidas) reveló cifras alarmantes:

• 81.3% del empleo es informal
• De 2.915.962 ocupados, solamente 545.285 poseen régimen de Seguridad Social
• Los empresarios presentan un cuadro de 65% de evasión con relación al Instituto de Previsión Social
• En el índice de Desarrollo Humano, el Paraguay está colocado en el más bajo nivel en la región
• En los renglones de salud, educación, estándar de vida tiene un déficit alarmante.
• Declaran que solamente 16.3% tienen trabajo digno, es decir, con respeto de la dignidad y los derechos humanos.
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El Movimiento Sindical y campesino, como los educadores del país, ofrecieron resistencia a todas las políticas y procedimientos que comenzó a poner en marcha el nuevo gobierno.

En la reunión de la Conferencia Episcopal del Paraguay -CEP-,celebrado los días 4 y 5 de Noviembre 2013, el Nuncio Apostólico denunció la gravedad de la situación, denunciando que el Paraguay sufre los rigores de la pobreza, la injusticia, una educación mediocre, desempleo, inseguridad, corrupción, desigualdad social, y falta de oportunidades para la gente.

Al final de su alocución, realizó un llamado a los Obispos para que atiendan las necesidades de la población.

El 28 de Octubre, el Congreso de la República, sancionó la Ley Alianza Pública– Privada -APP- otorgando poderes exorbitantes al Presidente Cartes para privatizar gran parte de los servicios públicos, disposición que fue resistida por los sectores populares y organizaciones sociales, sindicales y campesinas.

Al finalizar la votación del Parlamento, las protestas de la ciudadanía y la brutal represión, incluyendo a la policía montada y al lanzamiento de gases, recordó a la dictadura del Gral. Stroessner.

Todo indica que se irá reproduciendo los procedimientos de la dictadura.

La Ley APP, en su artículo 52, dispone que todos los servicios públicos entraran en el proceso de supuesta alianza con el sector privado. En menos de cien días, Cartes avanzó con prisa para imponer su política neoliberal.

La ley evidencia claramente la convicción, la política y los procedimientos NEOLIBERALES del nuevo gobierno, que ya comienza a poner en marcha los tres brazos del estilo gubernamental: ley - orden - eficiencia.

Y por sobre todo, apareció nuevamente “El poderosos caballero don dinero”, que es el gran decidor en la política paraguaya.

Y por eso pareciera que todo gira alrededor de los INVERSIONISTAS EXTRANJEROS y de un PROYECTO DE MODERNIZACIÓN DE LA SOCIEDAD PARAGAUAYA. Una gran deuda externa será uno de los resultados y la participación ciudadana no figura en el mapa.

El gobierno tiene una confesa posición antisindical, y los medios de comunicación social desatan una sistemática campaña de desprestigio de los dirigentes sindicales y sociales, mezclándolo con la corrupción política, en especial de los miembros del Congreso de la República (Senadores, Diputados).

La situación del país es altamente preocupante. El Presidente se convierte en un peón de los rejuegos geopolíticos de los EE.UU., asume el liderazgo de las políticas neoliberales en el corazón de América del Sur, representa un gobierno de carácter transnacional, inicia una nueva etapa en la administración publica, entregando la gerencia de la misma al sector privado, y tiene el claro propósito de atacar sin misericordia al movimiento sindical, a las organizaciones sociales y al movimiento campesino.

Y ya se presenta la política del garrote como amenaza permanente. EL CULTO AL MIEDO ES PARTE DE ESTA POLITICA.

Así, se garantiza la continuidad entre los propósitos del golpe de estado express de junio 2012, las elecciones del 21 de abril de 2013, y la aprobación de la Ley de Alianza Pública - Privada (APP.)

Se cumple así la política de restauración del poder de la burguesía y la oligarquía de nivel nacional – transnacional.

Y todo esto representa una gran amenaza a la democracia paraguaya, y a los procesos de unidad e integración de la región latinoamericana-caribeña.