La crisis global causa un aumento sin precedentes en el desempleo juvenil
En el año internacional de la Juventud de Naciones Unidas, el desempleo juvenil alcanzó el nivel más alto en la historia, según señala con preocupación la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo informe.
El informe
Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2010 dice que, a finales de 2009, de los 620 millones de jóvenes económicamente activos entre 15 y 24 años a nivel mundial,
81 millones estaban desempleados. El número más alto en la historia. Esto representa 7,8 millones más que en 2007.
El informe agrega que estas tendencias acarrearán “importantes consecuencias para los jóvenes a medida que nuevos candidatos que ingresan al mercado laboral se suman a las filas de los desempleados”. También advierte sobre el “riesgo de un legado de esta crisis en términos de una generación perdida de jóvenes que ha abandonado el mercado laboral tras haber perdido toda esperanza de trabajar y lograr una vida decente”.
De acuerdo con las proyecciones de la OIT, se prevé que la tasa mundial de desempleo juvenil siga aumentando durante 2010 hasta alcanzar 13,1 por ciento, y que luego descienda a 12,7 por ciento en 2011. El informe señala además que
las tasas de desempleo juvenil han demostrado ser más sensibles a la crisis que las tasas de adultos, y que la recuperación en el mercado laboral de los jóvenes probablemente tarde más en llegar que en el mercado laboral de los adultos.
El informe indica que en las economías desarrolladas, y en algunas economías emergentes, el impacto de la crisis sobre los jóvenes se siente principalmente en términos de aumento del desempleo y de riesgos sociales asociados con la falta de motivación y la inactividad prolongada.
Además,
en las economías en desarrollo, donde vive el 90 por ciento de los jóvenes, la juventud es más vulnerable al subempleo y la pobreza. Según el estudio, en los países de menor ingreso, el impacto de la crisis se traduce en menor cantidad de horas trabajadas y en reducción de salarios para los pocos que pueden mantener un empleo formal, y en un aumento del empleo vulnerable en la “cada vez más poblada” economía informal.
El informe estima que 152 millones de jóvenes, cerca del 28 por ciento de todos los jóvenes trabajadores en el mundo, trabajaron en 2008 pero permanecieron en la pobreza extrema en hogares que viven con menos de 1,25 dólares por persona por día.
“En los países en desarrollo, la crisis domina la vida diaria de los pobres”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia.
“Los efectos de la crisis económica y financiera amenazan con exacerbar la escasez de trabajo decente que ya existía entre los jóvenes. El resultado es que la cantidad de jóvenes atrapados en la pobreza laboral ha crecido, y que el círculo de la pobreza laboral persistirá por al menos otra generación”.
El informe también explica que el desempleo, el subempleo y el desaliento pueden tener un impacto negativo en los jóvenes a largo plazo y comprometer sus posibilidades de empleo a futuro. El estudio resalta el costo de la inactividad entre los jóvenes y advierte que
“las sociedades pierden la inversión en educación. Los gobiernos no reciben aportes a los sistemas de seguridad social y deben aumentar los gastos en servicios de apoyo”.
La situación en Latinoamérica
De un total de 105 millones de jóvenes en la región, 8,8 millones estaban desempleados hasta finales de 2009, frente a 7,9 millones en 2008 y 8,4 millones en 1998. La tasa de des¬em¬pleo subió así casi dos puntos porcentuales, del 14,3 en 2008 al 16,1 por ciento en 2009, lo que muestra que Latinoamérica no fue ajena al impacto que la recesión tuvo en el empleo.
Sin embargo, hace 11 años, en 1998, era del 15,6 por ciento, lo que subraya, tal como señala el reporte, que
“para la mayoría de los jóvenes en las economías en desarrollo, la falta de un empleo decente no es algo nuevo, por lo que el impacto de la cri¬sis tiene que analizarse desde otra perspectiva” que en el mundo industrializado.
Del total de desocupados en la región, un 40,6 por ciento son jóvenes, pese a que éstos constituyen sólo el 25,1 por ciento de la población activa. Y las mujeres se vieron más afectadas que los hombres, con una tasa que llega al 20,4 por ciento frente al 13,2 de los varones.
Sobre todo por la tendencia que se observa en la región de un aumento del empleo precario, ya que, como subraya el analista de la OIT Steven Kapsos, muchos jóvenes
“no tienen allí otra opción que salir a trabajar, porque viven en extrema pobreza”.
El informe subrayaba además que el año pasado un 82,4 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años trabajaban en el sector informal, frente al 80,8 por ciento en 2007 y al 50,2 por ciento de los adultos de entre 30 y 64 años.
Ante estos datos, la OIT llama a mejo¬rar de forma urgente el nivel edu¬ca¬tivo para rom¬per el círculo vicioso por el cual la pobreza reduce la calidad de la educación, lo que a su vez reduce la percepción de su utilidad, provoca que menos niños asistan a la escuela y redunda al final en mayor pobreza a largo plazo.
Las conclusiones del informe de la OIT son muy preocupantes, pues aler¬tan del surgimiento de una “generación perdida” ante el alto nivel de desempleo juvenil, que llega al 13 por ciento a nivel mundial.
Fuente: OIT/ El País de Costa Rica.