Los trabajadores se manifestaron con fuerza en la jornada mundial por el trabajo decente
Con la consigna que la respuesta a la crisis depende del respeto a los derechos fundamentales del trabajo y una reforma profunda de la economía, trabajadores de todo el mundo hicieron escuchar sus reclamos el pasado miércoles 7 de octubre. En las Américas
En todo el continente americano más de 26 centrales sindicales afiliadas a la CSA realizaron actividades en el marco de la Jornada Mundial. En el mundo, la movilización alcanzó a más de 100 países que lograron superar la organización del año pasado, cuando se produjeron alrededor de 600 actividades. Esta vez, además de marchas multitudinarias, se llevaron a cabo mítines públicos y reuniones en el lugar de trabajo, manifestaciones frente a los parlamentos nacionales, conciertos, contactos sindicales miembro-a-miembro en persona y por teléfono o correo electrónico, seminarios con la participación de sindicalistas, académicos y personalidades políticas y eventos públicos en plazas y otros lugares públicos.
El Secretario General de la CSI, Guy Ryder, insistió que “los gobiernos han de dar un giro decisivo y fundamental en una dirección: dejando atrás las políticas que provocaron la recesión más profunda registrada en 70 años, permitiendo que una pequeña minoría amasase enormes fortunas a expensas de los puestos de trabajo de los trabajadores y trabajadoras, su seguridad y sus ingresos, mientras cientos de millones de personas permanecen sumidos en la más absoluta pobreza”.
En este sentido, el movimiento sindical internacional ha indicado que los resultados de la Cumbre del G20 en Pittsburgh representan un progreso respecto a los obtenidos en la Cumbre de Abril en Londres, aunque destaca ciertas áreas cruciales respecto a las cuales se han logrado pocos o ningún progreso.
Latinoamérica de pie y andando
Las mayores movilizaciones fueron realizadas en las Américas. Centrales sindicales de Argentina, Colombia, Perú, Brasil, México, Chile, Venezuela, Ecuador, Panamá, El Salvador, Nicaragua, Republica Dominicana, Guatemala, Paraguay, Costa Rica, Barbados y Canadá se movilizaron activamente para reclamar por más y mejor empleo.
Los actos públicos en toda la región tuvieron su epicentro en Buenos Aires, donde paralelamente se concretó la XVI Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo. La CSA, conjuntamente con sus afiliadas la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), exigieron medidas en contra la precariedad laboral a los representantes ministeriales.
La marcha, que partió en Santa Fe y 9 de Julio para concluir en la plaza San Martín, donde se produjo el acto central, contó con la participación de diferentes gremios y en especial, muchos jóvenes.
Los organizadores estimaron la presencia de un número superior a los cinco mil delegados y delegadas sindicales de la Confederación General del Trabajo de la Republica Argentina y la Central de Trabajadores de la Argentina, acompañados por 30 dirigentes sindicales de todas las Américas. La principal oradora fue Beatriz Anabel Gómez, representante sindical de Honduras, quien agradeció el apoyo de los trabajadores y trabajadoras de las Américas a la resistencia del Pueblo hondureño al golpe de Estado. Luego se dio lectura al documento conjunto de las centrales argentinas firmadas por Gerardo Martínez, Secretario de Relaciones Internacionales de CGT y Adolfo Aguirre Secretario de Relaciones Internacionales de CTA. El acto finalizó con la intervención de Rafael Freire, Secretario de Políticas Sociales de la CSA, quien enfatizó la importancia de este acto masivo de Argentina que permite ver a un sindicalismo unido y militante que no sólo resiste a la crisis capitalista sino también realiza propuestas concretas para una América basada en el trabajo decente y la justicia social.
“Hubo más de 50 representantes sindicales de toda América, en cuyos países se llevan adelante manifestaciones similares a la nuestra que tienen como objetivo ejercer nuestro derecho a manifestar, peticionar y alertar ante las autoridades gubernamentales y ante los empleadores sobre la necesidad de la instrumentación efectiva de políticas tendientes a erradicar el desempleo, la informalidad y la precarización en todas sus formas y a promover el pleno empleo consolidando el concepto de trabajo decente y de calidad para todos, tal como expresa la Organización Internacional del Trabajo”, añadió luego Freire en diálogo con la prensa.
Un nuevo informe de la CSI hecho público con ocasión de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, titulado “El camino hacia la recuperación: Cómo el empleo es fundamental para poner fin a la crisis mundial”, describe cómo, en respuesta a la crisis económica mundial, la peor desde la gran depresión, que está ocasionando la pérdida de millones de puestos de trabajo, la economía debe basarse en la justicia social y la sostenibilidad medioambiental, el respeto de los derechos de los trabajadores reconocidos internacionalmente, una regulación financiera efectiva y una gobernanza mundial que dé prioridad a las personas.