La iglesia se pronunció sobre la crisis mundial y pidió vigilar el sistema financiero
Fue mediante un documento previo a la conferencia internacional sobre financiación y desarrollo que tuvo lugar en Doha (Qatar) a comienzos de diciembre. También denunció que en el sistema global son los países pobres los que financian a los países ricos.
A la hora de afrontar la actual crisis, es imprescindible que toda la comunidad internacional encuentre
nuevas formas de coordinación internacional en materia monetaria, financiera y comercial, pero sobre todo es muy importante que los países más desarrollados no se cierren en sí mismos, afirmó el Vaticano.
En el mismo sentido se pronunció contra el proteccionismo recíproco entre naciones ricas y remarcó la necesidad de reforzar las prácticas de cooperación en materia de
transparencia y de vigilancia del sistema financiero.
Sobre los impactos de la crisis financiera en la economía real el documento señala que “
la verdadera salida de la crisis pasa por construir las condiciones para que los ahorros que se generan se dediquen verdaderamente al desarrollo, es decir, a la creación de ocasiones de trabajo. La crisis financiera probablemente quitará recursos a la ayuda pública al desarrollo; sin embargo, sólo destinando recursos -públicos pero también privados- al desarrollo "real" se podrá reconstruir un sistema financiero sano, capaz de rendir de verdad".
La Santa Sede también hizo foco en la situación de los más pobres. “la verdadera cuestión sigue sin tocarse, que es la de un sistema que margina a los pobres del mercado en beneficio de los ricos. El mayor problema es la "incoherencia" de las políticas de los países desarrollados, que por un lado dan ayudas y por otra blindan sus mercados frente a los pobres”. Como ejemplo, el documento agrega: “hay diversas formas de proteccionismo manifiesto o escondido, así como las persistentes limitaciones al acceso de las exportaciones de los países pobres en los mercados de los países ricos, son un obstáculo enorme al desarrollo”.
Prosiguiendo con esta crítica, la Iglesia católica manifestó que “ en el sistema global, son los países pobres los que financian a los países ricos, que reciben recursos procedentes sea de las fugas de capital privado, sea de las decisiones gubernamentales de arrinconar reservas financieras bajo la forma de actividades financieras "seguras" colocadas en los mercados financieramente evolucionados o en los mercados offshore".
También hubo referencias a los migrantes: “las remesas de los emigrados comportan una afluencia de recursos que, a nivel macro, superan grandemente los flujos de ayuda pública al desarrollo. Es como decir que los pobres del Sur financian a los ricos del Norte, y los mismos pobres del Sur tienen que emigrar y trabajar en el Norte para sostener a sus familias en el Sur”.
Por último la declaración rescata el protagonismo de la sociedad civil para concretar un cambio de rumbo. En esa dirección defendió la adopción de comportamientos responsables en materia de consumo y de inversión como un importante recurso para el desarrollo.
Fuente: Equipo Federal del Trabajo