INCASUR

Noticias

105° Conferencia Internacional del Trabajo

Compartimos la exposición del delegado titular argentino.

Del 30 de mayo al 10 de junio, se llevó a cabo la 105° Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra (Suiza), con la participación de representantes de gobierno, empleadores y trabajadores de los 187 estados miembros de la OIT, entre ellos el director de Incasur, Ramón Ermácora.

Algunos de los temas que se abordaron fueron: las cadenas mundiales de suministro, el trabajo decente y su papel en la promoción de la paz, la seguridad y la resiliencia ante los desastres naturales, y el impacto de la declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa.

El delegado titular de los trabajadores de Argentina, Gerardo Martínez, expuso sobre la situación actual de nuestro país a nivel político, económico y laboral. Compartimos sus palabras.

Señor presidente:

Los trabajadores creemos que la universalización de la justicia social trasciende los tiempos políticos y requiere del compromiso de todos.
La problemática de los migrantes y sus derechos, la falta de trabajo decente en las cadenas globales de suministro, y el empleo para la transición a la paz resultan pertinentes frente a los desafíos de la agenda del futuro del trabajo.
Hoy observamos un ataque a los derechos socio-laborales y una creciente desigualdad en el mundo que requiere de la OIT un rol activo y una mayor inserción en el poderoso escenario de la economía global.
Los trabajadores no admitimos una OIT que acepte un modelo de desigualdad consentida a través del tripartismo.
Debemos encontrar soluciones para ponerle fin a la pobreza, desempleo, especialmente el de los jóvenes, a la esclavitud moderna y a las peores formas del trabajo infantil.
Como dice el Papa Francisco: “Somos testigos del crecimiento de la pobreza en el mundo y de la brecha social que se hace cada vez más grande, pobres que son empobrecidos por otros, excluidos y marginados, a la vez que vemos espantados amplias regiones del mundo donde pobreza significa hambre y muerte”.
Para el movimiento sindical, el trabajo decente y digno es la única herramienta efectiva para lograr un desarrollo sostenible, especialmente en el cuidado del medio ambiente.
Los trabajadores no aceptamos un mundo donde las desigualdades se profundizan, aumenta la concentración de la riqueza y la única respuesta es la precarización de las condiciones de trabajo.
En América Latina vemos con preocupación una tendencia a criminalizar la protesta social intentando restringir el derecho de huelga, entre otros.
En la región no alcanza con haber logrado la democracia, hay violencia y muerte, conductas antisindicales, falta de diálogo social efectivo, de libertad sindical y negociación colectiva.
El movimiento sindical de la región reafirma la plena vigencia de los derechos fundamentales y su ejercicio.
En el reciente congreso de la Confederación sindical de las Américas identificamos los déficits que muestran a nuestro continente con los mayores contrastes de desigualdad estructural.
En varios países se están aplicando políticas de ajuste que responden a la nueva arquitectura financiera internacional y no a la necesidad de los pueblos.
Los gobiernos deben dar prioridad a los valores de la política, con trabajo decente y desarrollo sostenible con inclusión social. ¿Con qué fuerza política contamos los trabajadores para hacer realidad un mundo más justo?
Desde la región exigimos que en las agendas políticas se incluyan las necesidades de los trabajadores, porque solamente dando respuesta a la desocupación y a la pobreza se puede garantizar la paz social.
En nuestro país, ante las medidas económicas que implican aumentos desmedidos de los servicios esenciales que han significado una pérdida importante en el poder adquisitivo de nuestros salarios, y el aluvión de despidos en el sector público y privado, los trabajadores argentinos demostramos que no estamos dispuestos a dar “ni un paso atrás” con la multitudinaria movilización del 29 de abril pasado, dando muestras concretas de la unidad en la acción de todas las centrales sindicales.
La movilización fue la respuesta a las políticas alejadas de los intereses de los trabajadores que quieren imponerse en el marco de una matriz internacional que coloca al trabajo en el centro de las políticas de ajuste.
Reclamamos que las medidas económicas que aplica el nuevo gobierno deben tener un correlato en la dimensión socio-laboral y productiva.
Venimos sosteniendo que la inflación provoca la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y una fuerte transferencia de ingresos.
Por ello, es importante lograr la estabilidad económica que defiende el salario real de los trabajadores y permite el desarrollo productivo del país.
Necesitamos un estado protagonista, impulsor del desarrollo estructural y productivo, recreando el mercado interno y la defensa de la industria nacional.
Necesitamos empresas que coloquen a la persona en el plano principal y tengan un compromiso para construir un país más justo y más equitativo.
Insistimos en la necesidad de crear un consejo de desarrollo económico y social como herramienta institucional para el debate de políticas públicas orientadas a terminar con la informalidad y la pobreza estructural.
Quiero destacar que Argentina en octubre de 2017 será la sede de la IV Conferencia mundial contra el trabajo infantil.
El movimiento sindical reafirma el compromiso de lograr avances y directrices para la prevención y erradicación del trabajo infantil en el mundo.
El movimiento sindical debe estar unido y fortalecido para defender sus derechos y lograr un mundo con justicia social para todos.