A fines de febrero el gobierno paraguayo, organizaciones sindicales y empresariales y la oficina sub-regional de la OIT para el Cono Sur acordaron iniciar un programa para impulsar el trabajo decente.
El objetivo planteado por el acuerdo es “desarrollar en el país un conjunto de políticas y acciones en el ámbito sociolaboral a partir de los componentes constitutivos del trabajo decente”. La iniciativa, de
carácter tripartito (gobierno, trabajadores y empleadores) pretende además priorizar el
diálogo social para lograr los resultados esperados.
El programa nacional de trabajado decente plantea cinco prioridades:
1-Formulación y aplicación de una estrategia de empleo con énfasis en la inserción laboral de los jóvenes y la inversión pública.
2-Fortalecimiento del Ministerio de Justicia y Trabajo.
3-Mejor cumplimiento de las normas del trabajo, entre otras cosas, a través de programas para la erradicación del trabajo forzoso y el trabajo infantil.
4-Fortalecimiento de los actores sociales, como sindicatos, mediante capacitación.
5-Fomento del diálogo social a partir del fortalecimiento de instancias tripartitas en el ámbito laboral.
En Paraguay hay un
fuerte vínculo entre pobreza y subempleo. Además existe una debilidad institucional en materia de política de empleo, cuestión que se evidencia por el elevado nivel de incumplimiento de las normas del trabajo.
Otro aspecto importante es que en el mercado de trabajo paraguayo existe
escasez de trabajadores calificados en muchos sectores.
Por otra parte, si bien la tasa de participación de las mujeres es mayor al promedio de América Latina, trabajan mayoritariamente en
ocupaciones precarias y persisten fuertes desigualdades de género.