Entrevista con el director de la UTAL: “El desafío radica en colocar a la UTAL en su verdadero rol en el proceso de formación superior”
Autofinanciamiento, reestructuración y descentralización político-operativa de los Programas de Formación en el marco del proceso de unidad sindical mundial fueron algunos de los temas que Efrén Delgado Vargas desarrolló en una entrevista realizada durant
En pleno proceso de instrumentación de los
Programas Claves de Formación de Cuadros Estratégicos, el director de la
Universidad de los Trabajadores de América Latina (UTAL), Efrén Delgado Vargas, mantuvo un extenso diálogo con
Notisur, en el cual explicó el estado de dichos programas en función de la nueva estructura formativa de la CLAT.
¿Cuál es el estado de los Programas de Formación después de mantener reuniones con el Equipo Ampliado de Estudios de la UTAL?
Es necesario señalar la alta satisfacción que tenemos en la UTAL por cómo ha sido recibida la nueva estructura de formación en las organizaciones. Desde la conducción de la CLAT es gratamente sorprendente que el Consejo Latinoamericano haya dedicado un tiempo realmente considerable a valorar la prioridad político-estratégica de la formación. Éste es un elemento que nos va a ayudar mucho para afrontar el desafío de unidad, dado que nos va a permitir colocar mejor en calidad y capacidad a nuestras organizaciones a nivel de los equipos de cuadros estratégicos.
Con respecto al proceso de unidad, ¿Hay diferencias en la concepción de los Equipos de Formación de la CLAT y la ORIT?
La reunión que mantuvimos ambos Equipos de Formación el año pasado en Lima mostró a las claras una diferencia sustancial. En la CLAT se tiene un sistema de formación con una concepción particular y una práctica sistematizada, que les llama la atención a los compañeros de la ORIT, quienes encuentran que no es una actividad esporádica sino un proceso formativo. Esto va aparejado con el reconocimiento de la infraestructura de formación de la CLAT en la región: la UTAL, los institutos subregionales y nacionales. En el encuentro de Turín, sin embargo, los resultados no fueron muy consistentes, dado que en la CIOSL, no ven a la formación como política y estrategia clave, sino más bien como algo accesorio, algo que tiene que estar pero no con el peso importante de la formación del sujeto en las organizaciones.
¿Cómo se afronta el desafío de que los programas se desarrollen en forma simultánea en todo el continente?
El desafío radica en colocar a la UTAL en su verdadero rol en el proceso de formación, como instrumento de formación superior. Esto no quiere decir que se elimine la importancia del evento presencial, sino que a nivel de la UTAL se elaborarán y profundizarán los contenidos, no se trabajará el ABC. Al ser un proceso sistemático, progresivo y continuo nos plantea un desafío muy profundo, en el que debemos evitar el fenómeno de la presencialidad, que reducía la formación a una actividad esporádica sin la necesaria progresión ni continuidad y sin un mecanismo, métodos, actitudes.
¿Esto implica un criterio de horizontalidad a través de la educación?
Ese es un factor muy importante que tiene que ver con la restricción y hasta elitismo que significaba que asistieran a un evento de formación solamente 30 compañeros; es necesario tener en cuenta cómo se beneficia el resto de los cuadros potenciales de cada organización. Otro factor implica una utilización más racional de los recursos. Según los cálculos, con lo que cuesta un seminario a nivel latinoamericano para treinta compañeros, se pueden hacer dos, tres o incluso más eventos subregionales. Esto supone también que la formación se hace mucho más pertinente a la realidad de las organizaciones. Esto se repite en las subregiones; la realidad del Cono Sur no es igual que la de Centroamérica, y los mismo pasa con las organizaciones de Brasil. Por otro lado, yo insisto en la continuidad de los procesos, los compañeros saben que va a ser un proceso de 18 a 24 meses, lo cual hace que las actividades sean mucho más cercanas en el tiempo, y que permitan hacer más claro el proceso.
¿Los programas serán autofinanciados o correrán por cuenta de la UTAL?
Los programas de cooperación internacional que reciben las organizaciones nacionales son muy flexibles y se pueden adecuar a los programas propuestos por la UTAL. Hemos mantenido conversaciones con los compañeros de Solidaridad Mundial, quienes están encantados con esta nueva dinámica de los programas. La dificultad radica en que en algunas organizaciones nacionales no se le da la prioridad a este trabajo y los recursos se distraen en otras tareas. Por otra parte, no hay un monto ni un porcentaje específico, que la organización tenga que autofinanciar, sino que estamos internalizando el concepto, la actitud, la práctica de que esto debe ser cofinanciado, incluso desde el participante. El participante pertenece en primera instancia a su organización natural; esa organización se desentiende muchas veces del proceso formativo, aún cuando tiene recursos como para llevar al participante a formarse. Los recursos disponibles a nivel del instituto subregional y de la UTAL no se abandonan, sino que vamos a llevar este proceso adelante entre los tres: la organización nacional, el instituto subregional y la UTAL.
Este cambio en el modo de encarar la formación, ¿implica modificaciones en el modelo estratégico de cada organización?
A partir de la decisión de renovación y reestructuración tomada por la CLAT en su XII Congreso, se produce una descentralización política y desconcentración operativa de la formación. El proceso formativo no puede centrarse en la instancia supranacional si no se pasa por los niveles nacionales y subregionales. Las organizaciones nacionales deben asumir un rol distinto, para que la formación sea una responsabilidad indelegable e intransferible de las mismas, que necesitan cuadros para determinados desarrollos.
¿Cuál es el calendario tentativo para la ejecución y puesta en práctica de los programas?
La inducción de carácter político y operativo, que es la primera fase de los programas, ya se ha hecho, al punto que hay organizaciones que tienen ya seleccionados los equipos y están demandando la asistencia para arrancar con el evento nacional, con el que se inicia propiamente el programa. En general, la mayoría de las organizaciones están en condiciones de comenzar en el mes de julio.
¿Cuándo se comenzarán a implementar los programas vía educación a distancia?
El complemento necesario para comenzar la formación a través de la educación a distancia recién va a estar listo el próximo año. En estas primeras etapas se crearán las condiciones, no sólo de equipamiento sino también de actitud por parte de los participantes.
Diego J. Ibarra / Nadia Schiavinato